Criar respetuosamente a mi niño de 2 a 5 años. 

Sobre criar niños tengo algo muy importante que decir: No Es Fácil! Al contrario, es Muy Difícil. Pero, sin tratar de desconocer esto, tampoco podemos predisponernos y asumir la crianza como una batalla donde gana el que se impone con más gritos y más terquedad. 

La crianza vivida como una lucha de poderes, es ya de por sí un problema. Qué tal si vemos la crianza como una construcción, donde los padres y los hijos van alimentando la relación, donde pueden haber consensos, participación, acuerdos y sobretodo comprensión y respeto. 

Pero es que es muy difícil… 

Cada niño tiene su propio temperamento. Y en el caso de los niños pequeños, ese carácter está cómo a flor de piel. Es decir: la sensibilidad es a todo dar, el mal humor llega a ser mucho más que una cara amarrada y la tolerancia a la frustración todavía no existe, por lo que la frustración se hace gigante a veces. 

Ahí es cuando nosotros como padres tenemos que auxiliarlos y enseñarles. Pero cómo hacemos esto cuando en lugar de tomar las riendas y auxiliar al niño en su frustración, nos ahogamos en ella y terminamos nosotros más frustrados que los mismos niños? Es imposible, no? 

Aunque no sabemos lo que hacemos… tiene que parecer que si. 

Imagínense que están en un taxi en la autopista y de pronto el conductor comienza a ponerse nervioso, no sabe qué hacer, llora, grita, se desespera. Sé supone que es él quién sabe manejar, quien los lleva hasta su destino y está a cargo en ese momento. Uds no se pondrían nerviosos, tensos y asustados? 

Esto es exactamente cómo se sienten los niños cuando los padres perdemos el control de una situación y gritamos, nos desesperamos y perdemos los estribos. Y está bien, somos humanos, de vez en cuando podemos errar y perder el control; pero en general, sobretodo frente a niños pequeños, ellos necesitan sentir que el adulto está al mando de la situación. Que si ellos pierden la paciencia por algo o se frustran, el adulto va a poder enseñarles a recuperar la calma y entender de manera más asertiva lo que les sucede. 

Es que a veces pierdo la paciencia y le doy! 

Ya lo mencioné más arriba, somos adultos, no perfectos y a veces cometemos errores. Pero en la crianza respetuosa es importante ser empáticos y pensar en cómo se siente nuestro hijo. Entonces, demandamos que el niño se comporte, que se controle, que no le pegue a su hermanito o al amiguito, que haga caso, pero nosotros sí podemos perder la paciencia y pegarles? No tiene mucho sentido, no? 

Es decir, yo que soy el adulto, no me controlo y te pego, o te grito, o te ofendo, pero tú que eres niño no puedes perder la paciencia, ni hacer una pataleta, ni pegarle a nadie… 

Si bien en la crianza respetuosa no hay fórmulas mágicas o infalibles, se trata básicamente de tener sentido común a la hora de criar a esa personita que más adelante le tocará interactuar con otros, respetar a otros, trabajar, estudiar, etc. 

Se trata también de no hacerle al niño algo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros. De respetar su integridad como persona. 

Pero es que se ha puesto muy malcriado!

Justamente cercano a los 2 años esto de criar, se comienza a complicar. Por qué? Porque ya dejamos de tener un bebé que sólo ríe y llora cuando necesita algo. Ya después de los 18 meses el «bebé» comienza a tener mayor autonomía, quiere jugar, correr, separarse un poco de nosotros. Se dan cuenta además de que pueden decir que no, que pueden exigir cosas y que es muy divertido salir corriendo y jugar. 

Pero lo que ciertamente aún no han aprendido es a modular sus afectos. Por eso las famosas pataletas de los «terribles 2», los gritos, los llantos, las mordidas y los juguetes volando directamente hacia nosotros. 

Es esta la edad donde debemos agacharnos al hablarles. Donde tendremos que explicar lo mismo una y otra vez, varias veces por día. Es el momento en que nuestra paciencia se pone a prueba para tratar de contener esa pataleta que no tiene mucha razón de ser. 

Pero también es el momento de que nuestros hijos entiendan qué hay límites que no se pueden negociar. Y que desde esta edad, o incluso antes, sepan que en nuestra familia hay cosas que simplemente son así y deben respetarse. Por ejemplo, la silla del carro es No Negociable, vas ahí por tu seguridad y debes ir bien asegurado con el cinturón. 

En casa debemos tener ciertos puntos importantes para nosotros y nuestra cultura que sean de algún modo Inquebrantables. Estos van a depender mucho de nuestra rutina y nuestra familia, pero lo importante es que, cuando se trate de ellos, realmente nuestros hijos sepan que no hay negociación válida. No es que hoy te monte en la silla del carro y mañana no, y otro día cómo estabas llorando tampoco, pero ayer si. 

Los límites no se adaptan a nuestra conveniencia, se adaptan a nuestros principios y por ello, no deben ser modificables. 

Efectivamente en la vida pueden haber negociaciones y esto es importante para que nuestros hijos también sientan que tienen cierta autonomía y voz y voto, pero cuando se trata de límites, de esos que constituyen nuestros principios como familia y que serán los que permanezcan a largo plazo, en esos no hay negociación.

Entonces es importante respetar al niño como persona que es. Tener coherencia entre lo que exigimos y lo que hacemos. Mantener los límites y la rutina como soportes para darle estructura a nuestros hijos. Y por último, pero no menos importante: ponernos en su lugar y ofrecerles cariño y contención. 

Gracias!!! Espero sus comentarios. 

Joana Alenso. 

Sobre criar desde el Respeto. (Bebés).

Respetar al niño como niño que es, es un principio fundamental si queremos criar respetuosamente. No es sólo no pegarles o no agredirles. Es también entender que sus tiempos, sus necesidades, sus formas de comunicación son distintas a las de un adulto. Y no podemos pretender criar unos adulticos en miniatura, puesto que ahí ya no estaremos respetando su tiempo. 
Un bebé que llora, es un bebé que se comunica, de la única forma que sabe y puede hacerlo. Entonces imagínense, dejar al bebé llorando hasta que se duerma (no pensemos ni siquiera en las consecuencias neurológicas), pongámonos en el lugar de ese bebé: nosotros, llorando, sintiéndonos solos, probablemente hasta un poco asustados, sin saber como consolarnos, y quién se supone que nos cuida y proteje no viene a estar con nosotros… que horrible, verdad? Por qué querríamos que nuestro bebé pase por esa sensación tan desagradable? 

Lo peor es que funciona! Al cabo de varios días el bebé va a aprender a dormirse solito y sin llorar… no! Va a aprender que de nada sirve contar con el otro, que de nada sirve pedir ayuda, va a desistir! 

Carlos Gonzalez, pediatra español al que admiro mucho, sobretodo cuando se trata de leer sobre crianza respetuosa, explica esto claramente, si yo no dejaría a mi esposo llorando, o a mis seres queridos llorando, por qué habría de hacerlo con mi bebé? 

Obviamente cada familia tiene derecho a poner en práctica el «sistema» que mejor le funcione. Aquí no estoy hablando ni de colecho, ni de lactancia materna exclusiva, ni de papillas, estoy hablando simplemente de respeto.  

El bebé está en desarrollo y no tiene las herramientas ni fisiológicas ni psíquicas para calmarse solo. De ahí la existencia de los chupones, los peluches o las manticas. Pero nosotros como padres debemos, por el bienestar de nuestros bebés, entender que tenemos que prestarle contención, consuelo y ayudarlos a que aprendan a modular la frustración, la tristeza, el miedo, etc. 

El mejor camino para evitar las pataletas típicas de los 2 años es ese. Ser accesibles y apoyar a nuestros bebés en su malestar, para que aprendan a manejar sus emociones y sobretodo sepan que ante una situación frustrante, pueden acudir a nosotros por apoyo y serán escuchados. 

Sé que es difícil, pero una vez que entendemos y respetamos las necesidades de nuestro bebé, desde la contención y el apoyo, vamos a poder conectarnos más con él. Recordemos que la forma de comunicarse de un bebé es el llanto, a veces para reclamar que tienen hambre, a veces sólo para decir: hey! Estoy aquí! Me siento solo!

Gracias!!! Próximamente nuevas entradas de crianza respetuosa para otras edades. 

Joana Alenso. 

La pareja luego de la llegada del bebé.

Tener hijos es un momento que marca la vida de cualquier persona. No sólo por todo lo que ya nos han dicho sobre tener un bebé (los trasnochos, lo novedoso, demandante, etc) sino también porque mueve procesos personales en cada quién; las expectativas sobre los hijos y sobre nosotros mismos como padres, nuestra relación con nuestros padres y lo que fue nuestra infancia, ansiedad, miedos, etc. Hay a quienes les afecta más que a otros, pero sin duda, nadie pasa por esta experiencia con la idea de que nada cambió. 
Precisamente una de las cosas que  cambia es la relación de pareja. No es sólo pasar de ser novios o esposos a ser los papás de una personita, sino que además están todos esos conflictos que mencionamos anteriormente y además hay factores que afectarán la dinámica de pareja una vez que ya hay un bebé en el panorama, por ejemplo si el bebé duerme bien, si hacen colecho o no, si es un bebé tranquilo o no y un largo etcétera. 

La pareja cambia y en algunos casos la adaptación es bastante amable y en otros no. Pero no necesariamente estos cambios tienen que ser motivo de conflictos. Es nuestro trabajo como pareja, tomarnos el tiempo y el espacio para poco a poco adaptarnos a esta nueva vida. 

Y entonces? Qué podemos hacer? 

1.- Reconocer lo difícil que es y apoyarse en esto
Suena obvio pero muchas veces los nuevos padres no están muy dispuestos a reconocer entre ellos, que atender a un recién nacido puede ser más difícil o extenuante de lo que pensaban. 

Que diferente es, si en lugar de reclamar y exigir más apoyo, dijésemos: no tengo idea de si lo estoy haciendo bien o mal. Tú que crees? Me ayudas? 

No se trata de mostrarnos torpes o vulnerables ante el otro, sino de reconocernos humanos, que nos equivocamos, que privados de sueño no pensamos con claridad, que tenemos miedos y dudas, porque nadie nace aprendido y mucho menos cuando se trata de bebés. Esto ayuda a que nuestra pareja sepa que tiene que tenernos una dosis extra de paciencia, también le da permiso para expresarnos sus miedos o preocupaciones y sobretodo le da un espacio de desahogo y confianza a la pareja en esta nueva tarea a la que se enfrentan ambos. 

2.- Hay decisiones que se toman de a dos! 

Siempre he sido una defensora de que en la lactancia es la mamá quién decide. Si da LME, si combina con tetero, si quiere parar, si quiere hacer banco de leche. Siempre es la mamá quién tiene la última palabra, y el trabajo de papá debe ser: apoyar a mami en esto. 

Pero hay otro montón de decisiones con respecto a la crianza de los hijos que no deben ser tomadas por una sola de las partes. Sobretodo aquellas que cambian la dinámica familiar por completo. 

Por ejemplo, el colecho. Compartir la cama con nuestros hijos es un cambio importante para la relación de pareja. Es importante hablar de ella, explorarla como opción, pero sobretodo implementarla si los dos están de acuerdo al respecto. Sino esto puede ocasionar una incomodidad en la pareja.
 Si bien muchas veces es mami quién toma la mayoría de las decisiones, es importante que papá se sienta incluído, preguntarle su opinión, hablar al respecto, que los padres se comporten como un equipo y no como una gerente con un subdito que debe obedecer. 

3.- Encontrar un tiempo especial para la pareja. 

Esto es vital! No todo puede volcarse hacia el bebé. No siempre puede tratarse de él. No tiene que significar salir y dejar al bebé en manos de 3eros, no implica tampoco gastar dinero o descuidar al bebé. Pero es un tiempo, por pequeño que sea, donde ambos sepan que se pueden encontrar un rato. Hablar, reír, conectarse mutuamente. 

A algunas parejas les funciona, dedicarse un rato luego de acostar al bebé, a otros les sirve mejor desayunar juntos los fines de semana, mientras el bebé duerme la siesta de la mañana, otros prefieren ver alguna película juntos, otros, dejar que los abuelos se encarguen brevemente mientras los papás salen a comprar algo, en fin, el momento va a depender de la dinámica de los padres, pero lo fundamental es que exista. Lo importante es que dentro de toda la nueva rutina, haya un momento para que papá y mamá dejen de serlo y vuelvan a ser sólo ellos. 

4.- Planificación Familiar

Otro aspecto que muchas veces interfiere en retomar el ritmo habitual de la pareja, sobretodo en el ámbito sexual, es no conseguir un método de planificación familiar de confianza. Con el primer embarazo ya queda despejada la duda: si, podemos tener hijos! 

Y es normal que entonces después quede el miedo (en caso de no querer más hijos inmediatamente), si no tenemos un método anticonceptivo con el que nos sintamos en confianza, va a ser muy difícil recuperar el interés sexual en nuestra pareja, al menos sin estrés. Existe un método adecuado para cada pareja, es importante consultar con un especialista sobre cuál método funciona mejor para Uds. 
Finalmente lo importante es saber que después de esos primeros meses tan exigentes, con un poco de esfuerzo y dedicación, el ritmo se va retomando y la pareja vuelve a tener un espacio para disfrutarse y compartir. 

Es importante apoyarse, comunicarse y disfrutar este nuevo status de familia que se estrena. Si sienten que por más que lo intenten, no está funcionando, al menos contemplen la posibilidad de hacer Terapia de Pareja antes de tomar decisiones definitivas. 

Espero que les haya gustado esta nueva entrada. Espero sus comentarios. 

Joana Alenso.

La montaña rusa de emigrar. 

Emigrar y la montaña rusa. 
Últimamente emigrar se ha convertido en el nuevo reto latinoamericano. Un proceso que tiene al menos una década gestándose pero para el que los adultos de hoy en día, no fuimos criados. 

Pero, qué lo hace tan difícil y tan tentador a la vez? 
Emigrar significa para la mayoría salir de la zona de confort. Renunciar a lo conocido y muchas veces, comenzar desde cero. Eso, evidentemente es de las decisiones más difíciles que puede tomar alguien que se ha pasado la vida estudiando y formándose para ir construyendo su patrimonio poco a poco. Al emigrar, a menos que lo hagas bajo la figura de expatriado, te ves obligado a salir del camino tradicional y emprender una ruta que la mayoría de las veces no tiene ni mapa, ni una fórmula exacta. 
Hoy vamos a concentrarnos en hablar de lo que muchos inmigrantes llamamos «la montaña rusa». Ese sentirte bien dos días y dos días mal. Estar seguro de que vas por buen camino y a la semana siguiente sentirte desamparado, fracasado y en retroceso.
Esto es una forma bastante común de enfrentar todos estos cambios y esta nueva experiencia de vida. 
Emigrar muchas veces asusta, pues debemos enfrentarnos a lo desconocido y sin duda es un proceso que nos pone a prueba. Tenemos que ser perseverantes, tener la plasticidad de adaptarnos a un montón de cambios, a nuevas costumbres y a una nueva cultura. Pero sobretodo tenemos que ser humildes. Recibir esta nueva experiencia como un camino lleno de enseñanzas. 
Es importante saber recibir lo que nos ofrece una nueva cultura, desde su comida hasta la forma en que manejan las relaciones laborales. Esto no quiere decir que debamos olvidarnos de donde venimos o cuál es nuestra identidad; se trata por el contrario de saber incorporar nuevos hábitos y costumbres, sin renunciar a quienes somos, y mostrarnos abiertos y respetuosos al país que nos recibe. 
De ahí la importancia de saber realmente adonde vamos antes de emigrar… para que no sea un shock inesperado o al menos disminuir el impacto de asimilar estas diferencias. Además es una forma de irnos cautivando por lo que nos ofrece este nuevo país. 
Pareciera que mientras más resistencia tengamos a estas novedades, más difícil será la adaptación y más complicada la «montaña rusa». Por qué? Porque extrañaremos más y añoraremos más. Porque al establecer una especie de lucha entre lo que somos y lo novedoso, se hace más y más complicado sentirnos cómodos y a gusto con el lugar donde estamos. Y porque finalmente: si nos vamos para no cambiar en nada, entonces para qué nos vamos? 
Obviamente, no todo tiene que ver con adaptarnos a lo cultural. Estar acostumbrados a tener por ejemplo, estabilidad laboral y económica, manejar nuestras cuentas de banco y tarjetas de crédito, tener casa propia, un estatus profesional y de repente llegar a otro país a tener que buscar trabajo, sin cuenta de banco ni historial crediticio, alquilar una cada, sin que nadie te conozca y sin amigos o familia, es realmente difícil y a pesar de que antes de irnos, ya tengamos idea de como va a ser, es normal que una vez cada cierto tiempo nos ataque la nostalgia, las dudas y extrañemos esa vida que teníamos. Esto sobretodo cuando no nos va tan bien como esperábamos. 
Es importante entonces saber reconocer las razones por las que tomamos la decisión de emigrar en un primer momento. Si estás razones permanecen, entonces probablemente siga teniendo sentido mantenernos en nuestra decisión y soportar un inicio que no esté siendo tan sencillo. 
También es necesario poder sopesar si el malestar al que nos enfrentamos resulta más difícil de enfrentar que el que teníamos antes de decidir irnos de nuestro país. O si por el contrario no estamos teniendo la fortaleza de soportar la nueva situación. 
La soledad también puede ser otro aspecto que no ayude a que te sientas mejor con tu cambio de vida, a veces no es necesario invertir mucho para darle un poco de actividad a nuestra vida social en el exterior. Inscribirte en algún curso que te interese, colocarte como voluntario en algún proyecto de interés social, salir a realizar actividades al aire libre son pequeños pasos que puedes dar para sentirte cada vez más involucrado con tu entorno, conocer personas y eventualmente hacer amistades. 
Es válido también buscar ayuda. Algún psicoterapeuta que pueda ayudarte, que puede ser en persona en tu nueva ciudad, o también puede ser on-line si prefieres alguien que hable tu idioma, o incluso que sea de tu país de origen y pueda entender un poco más de qué le hablas. Puede que sientas que actualmente no posees los medios para costearlo, pero es una inversión que te ayudará a sobrellevar mejor el proceso migratorio y no siempre es tan costoso como crees. 
Lo importante es que puedas reconocer que emigrar es una experiencia de vida complicada, que tiene sus matices y por lo tanto a veces hay días malos y a veces días buenos, pero también hay varias opciones que puedes poner en práctica para que este proceso sea un poco más amable y puedas sentirte a gusto con mayor facilidad. 

En próximas entradas hablaré sobre el proceso de emigrar con niños y continuaremos explorando otras variantes sobre ser inmigrante. 

Saludos! Espero sus comentarios! 

Joana Alenso.

El tiempo fuera acompañados! Una variante más empática. 

Una técnica muy popular y recomendada desde hace muchos años, además presentada como «respetuosa» es el famoso Tiempo Fuera. Básicamente se trata de alejar al niño de la situación (pelear con un compañerito por ejemplo) e indicarle que se debe sentar solo, un minuto por cada año del niño. Entonces por ejemplo si tenemos un niño de 5 años, serán 5 minutos. La idea es que el niño además de calmarse, pueda reflexionar sobre lo que estuvo mal y calmarse. Esto en la teoría suena bien. Y sin duda es mucho mejor que recurrir al castigo físico o verbal. Gritarle o pegarle nunca será buena idea. 

Yo misma recomendé muchas veces el uso de esta técnica cuando todavía era estudiante del postgrado y no era mamá. 

Luego comencé a cuestionarme su uso y es de eso que quiero hablarles hoy. 

Ante una situación que se está saliendo de control, tipo una pelea con el hermano, una rabieta, o cualquier otra situación, no parece muy buena idea dejar al niño solo y aislado. 

Un niño pequeño no sabe modular sus emociones. Muchas veces no entiende lo que siente. Y muchas otras veces no entiende porque es incorrecto lo que hizo. Dejarlo solo en un momento así es de algún modo decirle: eres un niño malo, ve a ver tu solo como te arreglas. No cuentas conmigo para ayudarte a resolver el problema en que te metiste. 

Siempre recuerdo una vieja anécdota de una amiga cuyo hijo de unos 6 años le dijo que la maestra lo había mandado a pensar en el rincón del castigo, ella le preguntó: y qué pensaste? A lo que él niño le respondió: en power ranger! 

Y ese es uno de los principales problemas que encuentro en esta técnica! un niño, sobretodo los más pequeños, no han desarrollado la capacidad de pensar concienzudamente en un problema, evaluar y reflexionar el porqué de su conducta. 

Ahora bien, basta de críticas! Sobretodo por que hay aspectos de ella que rescato! Vamos con las alternativas que podemos usar.

Suele funcionar mucho mejor, un tiempo fuera acompañado. A qué me refiero con esto: está bien apartar al niño de la situación por unos minutos, darle un chance de tomar aire, distanciarse y pensar sobre lo que pasó. Pero acompañados! Nosotros como padres daremos un mayor aporte a nuestros hijos, si en lugar de aislarlos y dejarlos a solas lidiando con su rabía, su frustración, su tristeza, los acompañamos y hablamos al respecto. Así, podemos enseñarlo a calmarse y reflexionar sobre lo que sucedió prácticamente en tiempo real. 

Los niños muchas veces necesitan entender que es lo que sucedió en el momento, porque si dejamos que pase mucho tiempo, pierde efectividad. El niño ya no recuerda bien lo que sucedió y de esa forma, no entiende bien, de qué se le habla. 

Es muy enriquecedor, que luego de que por ejemplo, nuestro hijo de 4 años, tira los juguetes y pelea con un amiguito, nos sentemos con él, veamos qué fue lo que lo molestó, lo ayudemos a calmarse y hablemos sobre otras formas de resolver la situación. No tienen que ser 2 horas de conversa, con los mismos 4 minutos que tomaría el niño solo, nosotros como padres podemos hacer mucho. Y además de ayudarlo a calmarse podemos darle indicaciones para solventar la situación y evitar que se repita. 

Nada mejor que decirle: anda a pedirle disculpas a tu amiguito y la próxima te calmas un poco y le explicas que no te gusta jugar así. 

Es por ello que rescato cosas del tiempo fuera, porque si creo que es valioso aislar al niño en el momento en que hace algo que no está bien y pedirle que reflexione al respecto. Lo que no creo es que esto se deba hacer solo, sobretodo porque niños de 2,3,4 años no tienen la capacidad de autoregularse tan adecuadamente y reflexionar solos sobre lo que hicieron mal.  

Acompañemos a nuestros hijos en el proceso de convertirse en personas que saben lidiar con lo que sienten y piensan. 
Saludos! 
Espero sus comentarios sobre este post! 
Joana Alenso. 

El duelo en la infancia. 

Manejar la pérdida de un familiar cercano en niños, va a depender mucho de la edad del niño y de las condiciones propias del fallecimiento de la persona. Si era alguien muy cercano, o si fue una muerte repentina, son aspectos que van a movilizar de distintas maneras las respuestas del niño al duelo. 
Hasta más o menos los 3 años el niño no va a conseguir realmente poner en palabras lo que siente o piensa sobre la muerte de un ser querido. Tenemos que estar atentos entonces a lo conductual. Podemos ver más pataletas o llanto de lo habitual, podemos ver muy poca tolerancia a la frustración y cambios en sus patrones habituales de sueño, alimentación o control de esfínteres. 
En este caso es importante validar como se siente el niño y ayudarlo a poner en palabras este malestar. A veces basta con simplemente preguntarle: te hace mucha falta tu «abuelita»? Por ejemplo. Y ayudarlo a desahogarse a través de dibujos y juego libre que lo ayude a representar la situación actual de la familia. 
En vista de que hablar sobre la muerte puede resultar muy abstracto y va a depender mucho de nuestras creencias, lo importante, al hablar con niños pequeños es hablar de una manera que ellos entiendan y darles un espacio para que a través de lo No Verbal, expresen como se sienten. 
Ya a partir de los 4 años y aproximadamente hasta los 6, el niño ya tiene mayor capacidad de simbolizar la muerte y es cuando vienen muchas preguntas y cuestionamientos al respecto. 
En este sentido, hay varios aspectos importantes a tomar en cuenta. 
Lo primero, al igual que con los niños de cualquier edad: Validar su malestar. Es importante darle espacio al niño para sentirse triste, para llorar, para hablar del tema. Si bien, puede ser muy difícil y doloroso para los familiares adultos, es importante que no se cree un tabú con respecto al tema. Hay que hablar y permitirse sentir frente al niño, es válido hablar también de como nos sentimos los adultos. 
Es importante que el lenguaje que usemos esté adaptado al nivel de comprensión del niño, que sea claro y explique de forma realista lo que ha sucedido. 
En muchos casos es difícil para el niño entender la condición permanente de la muerte. Por ello no debemos alimentar la confusión al hablar de que «se quedó dormido», «se fue a otro lugar», «ahora vive en otro lugar», etc. 
Es importante que con un lenguaje claro y sencillo podamos explicar que ya nuestro familiar no estará más entre nosotros.  
Como adultos tenemos que tener cuidado de las palabras que utilizamos para explicar el fallecimiento al niño, ya que para ellos la muerte es un concepto complejo y tomaran cada palabra de forma bastante literal. Decir por ejemplo: «tu tío estará siempre a tu lado y te cuidará» puede sonar como algo realmente asustador para un niño que cree que literalmente su tío permanecerá a su lado. 
Otro aspecto importante a tener en cuenta a esta edad, es que como adultos tenemos que estar dispuestos a responder muchas preguntas al respecto. Darle el espacio al niño para que se sienta en confianza de preguntar y hablar abiertamente sobre lo que ha sucedido y como se siente. 
De los 6 años en adelante, el niño ya tiene mayor capacidad de simbolizar lo sucedido y es posible hablar con él de una manera más abierta y abstracta. 
Al igual que con niños más pequeños es importante que se le dé el espacio para desahogarse, hablar, preguntar y sentirse triste. 
Recordemos que muchas veces en los niños, la agresividad y la rabia es un equivalente depresivo, es decir, a veces en lugar de verlos con tristeza, los vamos a ver muy frustrados, peleones y retadores, esa es a veces la forma de lidiar con la tristeza. 
Tenemos que darle al niño la oportunidad de preguntar y cuestionar lo que estamos diciendo. Y es muy importante que sea con explicaciones claras, realistas y que expliquen claramente: que la muerte es irreversible, que es normal sentirse triste ante la pérdida de alguien cercano y que (independientemente de las creencias religiosas), debemos enfocarnos en recordar de forma positiva y amorosa, lo que vivimos con esa persona. 
Si nosotros como adultos, notamos que no estamos manejando bien la situación o percibimos que el niño no está logrando superar la pérdida, es importante que consideremos la posibilidad de buscar ayuda psicológica. 
Gracias por tu lectura, espero tus comentarios sobre el tema! 
Joana Alenso 

El inicio de un nuevo proyecto.

Comenzar… salir de la zona de confort, ponernos nuevas metas, conocer nuevas fronteras, pero sobretodo: ponernos a prueba. 

No es fácil, si lo fuese todos los proyectos se culminarían y todo el mundo lograra lo que se propone. 

A veces los obstáculos son externos, y suponen una cantidad muy variada de esfuerzo, pero la complicación real llega cuando la resistencia viene de lo interno. De nosotros mismos. Cuando es el miedo, la ansiedad, lo no resuelto, lo que no nos deja avanzar. 

Sería maravilloso proponernos algo y simplemente comenzar y arrancar en ese nuevo proyecto y no parar hasta culminar, suena muy bien, no? 

Pero, sí, siempre hay un pero, adonde queda el aprendizaje, el poner en práctica la tolerancia a la frustración, adonde queda lo no resuelto, el goce, la compulsión a la repetición? 

Ahí es donde viene realmente el conocimiento. Donde viene la madurez de afrontar lo desconocido y darle un nuevo enfoque para que no termine como todas las iniciativas fallidas del pasado. 

Es ahí donde se pone a prueba la pulsión, para demostrar que esta novedad forma parte de un proyecto que anhelamos y que estamos dispuestos a contruir. 

No es fácil. 

Pero si lo logramos, seguro que va a ser una experiencia en la que entramos de una forma y salimos de otra. 

Comenzamos? 

Joana Alenso. 

Bienvenidos

Finalmente! 

Después de mucho tiempo escribiendo (pensé que se me iba a hacer más fácil), después de pensar mucho, corregir y editar un montón, hoy comienza oficialmente este nuevo blog!!! 

Espero les guste y espero ansiosamente la interacción con Uds!!! 

Inicialmente escribiré yo, luego serán Uds quienes vayan alimentando cada post y cada nuevo tema. 

Bienvenidos entonces!!!! Esta es su casa. 

Joana Alenso.